Al ver un vagabundo pidiendo limosna por las calles solemos conmovernos y en varias ocasiones seguramente hemos dado muestra de generosidad obsequiándole unas monedas. Sin embargo, las apariencias pueden engañarnos, al menos si nos cruzamos con uno de ellos en una avenida Beijing, China. La mayoría de la personas cree que los mendigos no hacen mucho dinero como para vivir bien, sin embargo, luego de conocer a este anciano, quizá cambies de opinión.
domingo, 28 de septiembre de 2014
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